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Arquitecto: Pedro Barrán Casas Coordinador de Proyecto: Carlos Sityá Colaboradores: Eduardo Ramos, Rodrigo Mediza Supervisor de Obra: Rodrigo Sales Director de Obra: Martín Favaro Ubicación: Jose María Guerra esquina Juan Belinzon, Montevideo, Uruguay Fecha proyecto: 2006 Fecha construcción: 2007-2009 Superficie construida: 1.784 m2 Presupuesto: US$ 1.137.669 Promotor/ Propietario: ANEP (Administración Nacional de Educación Pública) Empresa Constructora: Clerc SA Asesores: Gabriel Barreiro, Jorge Rodríguez, Julio Raszap, Felipe Burgueño, Lindolfo Señorale, María Spósito
Días atrás, en la sede de la OECD en París, Aart de Geus anunció los edificios escolares y universitarios ejemplares a los ministros de educación de los países miembros. Entre los 60 edificios ganadores, está la Escuela uruguaya que les presentamos a continuación.
La Escuela se encuentra en un sector urbano de áreas vacías y unas pocas viviendas de una planta. El predio tiene un tamaño mediano, lo que implica proyectarla en varios niveles para dejar espacios exteriores adecuados. La pronunciada pendiente este-oeste se resuelve dividiendo el patio en 4 terrazas: cancha deportiva, patio con juegos, patio arbolado y anfiteatro. A su vez, la pendiente transversal nos sugiere trabajar el edificio en medios niveles, lo que fragmenta la altura y la acerca a la escala de los niños. Estos medios niveles dividen la institución en varios sectores: cuatro volúmenes de aulas (de distintos tamaños y niveles), que se integran por un espacio polivalente doble altura que fluye entre ellos. Los volúmenes buscan las mejores vistas girando sutilmente.
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Los espacios comunes y de relación (de la Escuela con el barrio y entre niños de distintas clases) se agrupan en planta baja. El paisaje de esa planta es continuo y fluido, con pequeños desniveles que definen distintos lugares (acceso, polivalente, comedor) pero los mantiene integrables y flexibles. La accesibilidad a estos espacios, a la administración y a 2 aulas está asegurada por rampas. Se logra un espacio continuo en sus vínculos pero variable en forma y escala.
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La Escuela es tan concentrada que permite el espacio polivalente en doble altura, sin que por ello sea más cara o se genere demasiada área construida. Este es el lugar de encuentro de toda la comunidad educativa: se lo utiliza como espacio de recreo techado, para talleres que implican juntar varias clases, o para reuniones de todo el colectivo. Este espacio es completamente vidriado hacia el patio y a él balconean todas las circulaciones de las plantas altas.
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En las plantas altas se encuentran la mayoría de las aulas. Las circulaciones pueden ser utilizadas para actividades informales, al estar equipadas con bancos y ser transparentes hacia las aulas. Cada aula se individualiza por el color de su puerta y de su equipamiento.
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La Arquitectura de la Escuela pretende colaborar en la construcción de la identidad, de la comunidad (escala del conjunto y subdivisión en sectores) y de cada niño (individualización de las aulas). También busca fomentar las oportunidades de interacción y construcción social de conocimiento, al generar el espacio polivalente, de gran flexibilidad y sin usos predefinidos.
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